Silvia Rivas, 1993
Voy a entender como modo de construcción de la obra el mapa trazado y rectificado por el que transito en forma constante para llegar a la obra como destino. El recorrido se extiende en forma rizomática, y la obra surge más como “estación” que como destino. Los tramos van creciendo apoyados indistintamente en imágenes del entorno o textos.
Los textos son fragmentos, frases propias o extraídas de la obra de ciertos autores preferidos o circunstanciales. El fragmento se convierte en fundamento. En el caso de partir de la imágen, en una segunda instancia siempre hay un texto que extrae la idea contenida en ésta.
Si el arranque es un texto, éste necesariamente decodifica en otros términos una imagen mental previa. Imagen o texto hacen resonancia, funcionan como constatación de algún fenómeno o relación que me obsesiona y verifico en situaciones o contextos diversos.
Ejemplo “la ambigüedad”, la doble naturaleza de las cosas, la coexistencia de opuestos y los umbrales lábiles que los separan. Para transformar esto en “obra” recurro a materiales que estén asociados sustancialmente o por analogía de ciertas propiedades o cualidades con el “tema” de la obra. El material es “cuerpo” de la obra más que soporte. El tema es metáfora, la imágen símbolo, huella o simple presentación.