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Textos de la artista

El objeto, el agua

Silvia Rivas, 1993

Voy a entender como modo de construcción de la obra el mapa trazado y rectificado por el que transito en forma constante para llegar a la obra como destino. El recorrido se extiende en forma rizomática, y la obra surge más como “estación” que como destino. Los tramos van creciendo apoyados indistintamente en imágenes del entorno o textos.

Los textos son fragmentos, frases propias o extraídas de la obra de ciertos autores preferidos o circunstanciales. El fragmento se convierte en fundamento. En el caso de partir de la imágen, en una segunda instancia siempre hay un texto que extrae la idea contenida en ésta.

Si el arranque es un texto, éste necesariamente decodifica en otros términos una imagen mental previa. Imagen o texto hacen resonancia, funcionan como constatación de algún fenómeno o relación que me obsesiona y verifico en situaciones o contextos diversos.

Ejemplo “la ambigüedad”, la doble naturaleza de las cosas, la coexistencia de opuestos y los umbrales lábiles que los separan. Para transformar esto en “obra” recurro a materiales que estén asociados sustancialmente o por analogía de ciertas propiedades o cualidades con el “tema” de la obra. El material es “cuerpo” de la obra más que soporte. El tema es metáfora, la imágen símbolo, huella o simple presentación.

Notas sobre el tiempo

Silvia Rivas, 2000

La materia en la que encarna el tiempo, el vacío donde ésta se anula.
La duración como una vida y el instante en el que todo cambia; el tiempo como escenario.
El mar como el tiempo, deja huellas y en el mismo acto las borra.

Materia de tiempo. Una secuencia de proyecciones que incluyen otras secuencias (agua cayendo permanentemente, sucesión de arcos),esta secuencia se ve interferida por una forma simple (círculo), plano o agujero, lo importante es la densidad. En el territorio de esta forma el tiempo es otro, no hay sucesión sino presencia.Transcurso y urgencia. Hay una acción donde se percibe la urgencia, esto marca una cualidad subjetiva del tiempo. Este tiempo en particular es señalado por un fragmento de espacio recorrido, un fragmento que se agota. La acción se superpone al transcurrir desapasionado, a la regularidad de las series, un fluir en tiempo y espacio ilimitados.

Instante de dolor. El líquido fluye (sangre), como la vida, constante, indiferenciada en el tiempo. Un instante desencadena el cambio, en ese momento la circunstancia y el ángulo de percepción son otros. La idea es que la proyección invada el espacio.

Lluvia. La mínima medida del instante y su contundencia, en relación a lo que fluye, donde los instantes están perdidos o incluidos.

Infinito recurso. Un viaje, un breve relato, un paisaje que fluye… son espacios del tiempo, espacios vecinos, anexos que se suman como capas a nuestro tiempo limitado, al principio y fin de un trayecto, lo trascienden como flechas al infinito. Por otro lado un espacio con topes y el ir venir sin franquear el limite , gastar el tiempo en el mismo intento, enrollarlo en una obsesión.

Instante y duración

Silvia Rivas, 2000

La materia en la que encarna el tiempo, el vacío donde ésta se anula.
La duración como una vida y el instante en el que todo cambia; el tiempo como escenario.
El mar como el tiempo, deja huellas y en el mismo acto las borra.
Pasa de ida y de vuelta tejiendo un vestido de secuelas.

Un instante es un lugar,
Es ahí donde se quiebra el soporte largamente desgastado,
Donde la masa finalmente cede a la presión.
Es el ínfimo compás de suspenso,
imagen congelada de una ola justo antes de descargar su entripado rugiente.
Es un silencio olvidado,
El que desencadena el estruendo después del cual el mundo es otro.
Una chispa sin rastro.

Punto a partir del cual se produce un remplazo,
se difiere un relato,
la luz es blanca o el negro es total.

Acontecimientos débiles

Silvia Rivas, 2002

Dar imagen a la sensación de presente, fijar esa sensación fugitiva de “estar ahí”.

En estas imágenes hay una oposición entre lo continuo e indiferenciado y la sensación subjetiva de duración del presente.

Lo continuo está señalado por el viento y las corrientes de agua, cuyo proceso y dinámica es indiferente al efecto de su acción.

Estas acciones se desprenden de su agente y generan sus propias consecuencias. Toda esta dinámica se desarrollla en un espacio en el cual está inserto el hombre en su presente, queriendo fijar lo que desaparece, resistiendo lo inevitable.

Cheating Muchachita

Rivas-Trilnick, 2004
Video-instalación canales variables para monitores

Cheating Muchachita es una, de una serie de video-instalaciones realizadas por S.Rivas y C.Trilnick entre 2003 y 2005 que hablaban del Río de la Plata y sus planos alrededores como contexto . Esta pieza en particular señala la inmigración y el exilio como hechos que devienen una definición del pais. Un tango cantado en inglés por Carlos Garldel se convierte en metáfora de ambas circunstancias. Su título: Cheating Muchachita, ( Muchachita Tramposa), refiere irónicamente a la constante decepción sentida en esta tierra, tanto por aquellos que vinieron a quedarse como por aquellos que se vieron forzados a partir. El río es la puerta y el tango en ingles es nuestra difusa identidad.

El Tango: Cheating Muchachita, (Cheating Young Girl), (tango) (Carlos Gardel – Alfredo Le Pera – John Snow). Versión en ingles del tango «Amargura», de la película «Cazadores de Estrellas». Grabado en RCA Víctor Studies, Nueva York, 20/3/35, con la Terig Tucci Orchestra.

Todo lo de Afuera

Silvia Rivas, 2004

Todo lo de afuera es el interrogante, objeto impreciso, deseo difuso.

Las imágenes retratan una sensación, que, como tal, no es posible describir…

Pero, la certeza de la existencia de un entorno que no es accesible, la tenaz insistencia por vencer el impedimento y la figura de ese impedimento circulan como movimientos de una misma pieza.

El cuerpo es el límite y este límite es lo único cierto.
Son momentos vacíos, no hay acontecimiento alguno, es todo circunstancia.
Como en las horas de insomnio no hay mojón que dibuje un trayecto.

Así las cosas…alguien se canta a sí mismo para sostenerse, para que el eco fije los límites de todo lo que está adentro.

Los primeros movimientos de esta pieza hablan de la imposibilidad, hay una identidad tapada, no puede ver, no puede ser vista. El sonido pone el acento justamente en aquello que no está: lo de afuera; la imagen lo pone en el esfuerzo de la voluntad.

Dentro de un ojo cerrado se ve otro ojo cerrado que intenta abrirse sin lograrlo. A pesar de la insistencia en el intento, todo lo de afuera, irremediablemente, queda afuera. Adentro está el deseo, el llanto, el crepitar de la ansiedad y una canción de consuelo.

A veces no hay consciencia la mirada está cegada en blanco, no hay consciencia… entonces no hay contradicción. El abismo se abre infinito negro y eterno… hacia adentro.

A veces la condena es jugar el juego indefinidamente. El contacto de un cuerpo con el otro es el único referente, no hay entorno confiable, el equilibrio es precario, la superficie de sustento abandona, el otro suelta. La fuerza de gravedad se esconde en algún lado y el ancla es el conflicto.

A veces, el único fin de los gestos es llenar espacios muertos, son arabescos que fluyen en esos momentos suspendidos, cuando el presente se niega a desembocar en resultado alguno.

Pequeño acontecimiento

Silvia Rivas, 2005

El retrato es el recurso para mostrar la singularidad, el aislamiento o, mejor dicho, la incomunicabilidad del individuo, pero fundamentalmente mostrar a ese individuo en su condición de tal, esa condición que nos es común es el único cabo disponible para establecer un vínculo. Es un hombre presentado en su presente, en una única acción que se extiende indefinidamente en el tiempo, en esta acción y su potencialidad incierta concluye el relato. La confrontación de estas dos series temporales muestra la fisura entre estos seres y un contexto posible, no se trata de una circunstancia sino, como dije, de una condición.

Ese defasaje o mirada descentrada es la sintaxis del discurso, el componente necesario para “decir” la condición del ser de la que estoy hablando. Todo es contrapunto entre estas fisonomías pegadas a un fondo carente de referencias espaciales y el transitar de un caminante que registra sumariamente con la mirada vuelta al piso los vestigios de un barullo ajeno. Por un lado un paisaje que no alberga otra cosa que lo inservible, escenario de lo trivial, una superficie que no alcanza la jerarquía de “lugar”; por el otro la presencia contundente de un rostro, de un sujeto y su individualidad como único lugar posible.

Un cambio de actitud no se lee necesariamente en las señales o ademanes del cuerpo, por lo menos no en forma muy evidente. La intensidad del gesto es contraria a la grandilocuencia. Además en este caso, el levantar la vista y ver, no es garantía de nada, es un acontecimiento interno. No hay certeza, sólo abre una posibilidad. Como diría Kierkegaard , aquí la “verdad es la subjetividad”, y la subjetividad está confinada dentro de los límites de un cuerpo.

Paisaje a definir

Silvia Rivas, 2008

“…y así, cuando el equilibrio se rompe, el cielo escoge entre los hombres
a aquellos que son más sensibles, y los hace resonar…”
Han Yu 768-824

Hablar del Río de la Plata como superficie,
como escenario,
como plataforma neutra.

El río análogo a la llanura con la cual se funde.

Buscar definir un paisaje de atracción y albergue o luego,
de peligro y rechazo.

Definirlo por su mínima geometría que no atrapa la mirada sino en el trazo ligerísimo del horizonte, por el color de la tierra fundida en el agua…o por la reberverancia de la luz llorando lo que oculta en la suave textura del plano.

llanura mitad tierra, mitad agua, un manto triste que cubre nombres y borronea las huellas de un campo de batalla y manto fértil que dio más de lo esperado.
Hogar templado donde a veces se hace difícil sentirse en casa.

El trazo ubicuo y titilante del horizonte solo se pone por delante, responde a los polos de la violencia, del refugio, de la merma y la abundancia. El horizonte es dirección y certeza, una línea tras la cual inevitablemente se encuentra una realidad habitable.

Llueven pétalos, como miles de historias individuales.

Zumbido

Silvia Rivas, 2010

Señalar la coincidencia, o bien el desajuste
entre una causa y su efecto.

Adjetivar cualidades en cierta acción temporal.

La sincronía levemente desplazada
o fatalmente encadenada entre una intensión y su resultado.

Una acción: una consecuencia…
la reversibilidad, el círculo vicioso.

Insistir, ejercer una influencia
o la frustración en éste intento,

Del propósito al sinsentido,la exasperación y la ironía,
son cuestiones que circulan por una simple acción.

Paraísos

Silvia Rivas, 2015

Igual el paraísos es nuestro…, son pequeños montajes donde se intenta remedar una idea de belleza, hablar de la pretensión de transformar cualquier objeto y circunstancia en objeto atesorable, de la imprescindible integración de la imagen electrónica en la materialización del imaginario, de la fragilidad, del intento de control…

Estando el paraíso natural presente, vecino o circundante, igualmente se hace vallado e inaccesible y solo parece realizarse en su representación.

Frente a una realidad caótica, cuando todo lo demás ha sido arrebatado se trata de insistir en la actitud de rescatar y re-diseñar, generar refugios imaginarios para lidiar con ese estado de situación: cuando el sentido de pertenencia está divorciado de la sensación de plenitud y albergue.
Así el fragmento se constituye en unidad, en la forma buscada y por eso representada cuidadosamente en un material tan delicado como en este caso la porcelana y sus asociaciones de sentido.

Se mezclan restos con algunos objetos preciosos con el fin de generar una pequeña escena, un rincón de curiosidades, una especie de aleph editado donde encontrar, atesorar y controlar un lugar soñado. Pero, para que esta materialización del sueño sea verosímil, portátil y confiable debemos echar mano a la ubicua imagen de pantalla donde se abre infinita toda la abundancia que afuera está negada.

Construir nuestro paraíso con lo que hay…, más: la imagen de pantalla.